Un estudio de Arrabal-AID revela el aumento de indicadores de exclusión entre las personas usuarias y urge a reforzar las UCIS sociales

  • La Asociación Arrabal-AID ha realizado un estudio sobre la repercusión sociolaboral de la crisis sociosanitaria generada por el COVID-19 en las personas atendidas por la entidad. Los datos constatan un aumento del desempleo (7,22%), un incremento de las solicitudes de acceso a prestaciones o ayudas sociales (5,15%) y un claro descenso del nivel de ingreso de los hogares desde el inicio de la crisis, que sitúa al 85% de la población atendida por debajo del umbral de la pobreza. La situación es todavía más alarmante en el 21,3 % de hogares que no cuenta con ningún tipo de ingreso y en el 40,3 por ciento de éstos, donde residen menores de 14 años, reflejando una alarmante situación de pobreza infantil que urge atender desde el refuerzo de los servicios sociales y el fortalecimiento de la acción del Tercer Sector, lo que se denominan las “UCIS sociales”.

La investigación realizada entre el 15 de mayo y el 2 de junio a una muestra representativa de 300 personas de distintos servicios de orientación y acompañamiento se centra en los primeros 60 días de crisis, tomando como referencia la declaración del Estado de Alarma, para conocer el impacto socioeconómico que ha sufrido la población entre el 14 de marzo y el 14 de mayo de 2020. Así, el paro se ceba con la población atendida en Arrabal-AID, encontrándose en situación de desempleo 8 de cada 10 personas que acuden a la asociación. Lo mismo ocurre con las solicitudes de ayuda sociales, que aumentan más de un 5 por ciento, detectándose también cómo 1 de cada 10 se encuentran a la espera de resolución por las administraciones.

Detrás de estas cifras, hay personas con nombres y apellidos que están sufriendo la mayor crisis económica a nivel mundial desde el crack del 29, hombres y mujeres que debido al confinamiento se han visto obligadas a recurrir a las entidades sociales para cubrir sus necesidades básicas de alimentación e higiene. Algunos de los testimonios de las 300 personas participantes en el estudio hacen referencia a la falta de movilidad para acceder a empleos de economía sumergida y obtener ingresos: “Nunca hasta ahora había tenido que recurrir a nadie para llevar un plato de comida a casa, estamos viviendo una situación desesperada sin poder trabajar en nada”, relata José Antonio Fernández, quien convive en casa con su mujer, sus dos hijos menores y su suegra, cuya pensión se ha convertido en un pequeño colchón al que agarrarse.

Fernández es uno de los hombres cuestionados en este análisis, aunque la participación de las mujeres ha sido mayoritaria, con un 54 frente a un 46 por ciento de los casos. Por edades, destacan casi en empate técnico el 26 por ciento de los incluidos en el tramo de 25 a 34 años (26,46%) y los que forman parte del grupo de 35 a 44 (26,11%). A más distancia, quienes se encuentran entre 45 y 54 años (22,68 %) y de 18 a 24 (15,46%).

La elaboración de esta investigación complementa la labor que la Asociación Arrabal-AID viene realizando desde la declaración del Estado de Alarma a mediados de marzo, periodo en el que ha implementado una quincena de herramientas telemáticas y recursos online con el fin de seguir atendiendo a las personas en ámbitos como la orientación laboral, la capacitación profesional, la educación o el emprendimiento. El conjunto de profesionales de la entidad ha seguido a pleno rendimiento prestando apoyo a familias vulnerables y personas en situación de riesgo de exclusión para garantizar su acceso a recursos básicos, impulsando medidas propias y otras acciones desarrolladas junto a otras entidades del Tercer Sector y las administraciones públicas. Destacan también las campañas de denuncia sobre la situación que sufren las personas sin hogar o las dificultades que la brecha tecnológica y digital causa en entornos vulnerables impulsadas con el único objetivo de no dejar a nadie atrás.

Las conclusiones de este estudio que corrobora cómo las personas desempleadas y en situación de riesgo de exclusión social han visto agravada su ya precaria situación serán presentadas por la entidad en los distintos encuentros y mesas de acción social con la Administración, para impulsar acciones que redunde en una mejora de la calidad de vida de las personas con mayor fragilidad social.

En el siguiente enlace puede consultarse el Informe Ejecutivo del Impacto del COVID-19 en la población atendida por Arrabal-AID:

https://asociacionarrabal.org/wp-content/uploads/INFORME-EJECUTIVO.-IMPACTO-DEL-COVID-19-EN-LA-POBLACIO%CC%81N-ATENDIDA-POR-ARR….pdf

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