Alhaurín en Corto de Arrabal-AID, el único festival de cortos que se celebra en un centro penitenciario, lanza su XVII edición bajo el lema ‘Protagonistas de su historia’

El Centro Penitenciario de Alhaurín de la Torre se convierte, un año más, en una gran sala de cine con la celebración de una nueva edición del certamen ‘Alhaurín en Corto’, organizado por la Asociación Arrabal-AID en colaboración con la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. Se trata de un festival singular, el único en España que se celebra dentro de un centro penitenciario, y que utiliza el cine como herramienta de transformación social, cultural y personal, acercando a las personas internas propuestas audiovisuales que invitan a reflexionar, emocionarse y decidir.

La edición de este año se presenta bajo el lema ‘Protagonistas de su historia’, una declaración de intenciones que reconoce el papel activo de quienes, aún privados de libertad, asumen el rol de jurado, espectadores críticos y participantes fundamentales en una experiencia cultural en la que ellos y ellas son los protagonistas. Aunque en un principio actúan como espectadores, son también jurado al elegir el filme ganador y cuestionar y compartir su visión del mundo a través de las historias que ven en pantalla.

Más allá del valor artístico de los cortometrajes, el certamen representa una vía de evasión para las personas privadas de libertad. En palabras de los propios internos de ediciones anteriores, «durante unos minutos, dejamos de estar dentro». El cine se convierte así en un espejo donde mirarse, en una ventana por la que asomarse al mundo y en una oportunidad para ampliar horizontes.

Una cita con la cultura en el centro penitenciario

La fase final del certamen se celebrará el 25 de septiembre de 2025, coincidiendo con los actos conmemorativos de la Fiesta de la Merced, patrona de Instituciones Penitenciarias. Durante el certamen, hombres y mujeres internos compartirán espacio con creadores, creadoras y cineastas, a quienes podrán plantear preguntas, intercambiar opiniones o expresar cómo les ha impactado cada historia. Este intercambio directo ha sido uno de los elementos más valorados en años anteriores por ambas partes, por ello es obligatoria la asistencia de los directores o directoras de los cortos seleccionados.

La estatuilla que se entrega al cortometraje ganador, una cámara de cine en miniatura, es elaborada artesanalmente en los talleres del propio centro penitenciario, un gesto simbólico que refuerza el carácter participativo y transformador del festival. A este reconocimiento se suma un premio económico de 1.000 euros en un cheque regalo para la compra de material audiovisual, que se hará entrega al ganador o ganadora tras la finalización del concurso.

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