Nuevas plazas de acogida con Políticas Sociales frenan la invisibilidad de las mujeres sin hogar

El sinhogarismo es un fenómeno multicasual y, por tanto, hombres y mujeres llegan a la calle por vías diferenciadas. El imaginario colectivo predominante del prototipo de persona que pernocta en la calle es el de un hombre, entre 40 y 60 años que duerme en la vía pública o en algún albergue, por lo que las mujeres, una vez más, quedan invisibilizadas ante esta problemática, siendo el principal motivo por los que las mujeres no utilizan los servicios existentes para personas sin hogar, “por miedo a una victimización en los recursos donde predominan usuarios masculinos y resulta mayoritaria la presencia de hombres en los recursos de atención a las personas sin hogar, que muestran una escasa adaptación a las necesidades específicas de las mujeres”, según precisa el presidente de la Asociación Arrabal-AID, Julio García, quien ha puesto en valor la propuesta de intervención con mujeres afectadas por el sinhogarismo que la entidad desarrolla junto a la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía.

La invisibilidad que sufren las mujeres se refleja en las políticas de atención a las personas sin hogar, que se centran en situaciones de sinhogarismo altamente masculinizadas, diseñando y definiendo una cartera de servicios y metodologías de intervención que se adaptan mejor a las necesidades y ritmos de vida que se asocian por lo general al estilo masculino. El porcentaje de mujeres que pernoctan en la calle, la escasa conciencia social y la existencia de unos recursos limitados sirven para dar una baja prioridad a este colectivo dentro de las políticas sociales.

La experiencia de Arrabal-AID en atención a personas sin hogar, ha permitido detectar cómo el número de mujeres en situación de sinhogarismo ha aumentado significativamente tras la pandemia. A esto se une cómo las mujeres que se encuentran en la calle padecen unas condiciones muy precarias y su vulnerabilidad es mayor que la de los hombres. “Muchas de estas mujeres son o han sido víctimas de agresiones sexuales y/o violencia de género”, añade García, que es también responsable de Vulnerabilidad Social en la entidad.

La nueva propuesta para paliar esta situación se centra en las necesidades específicas de las mujeres que se encuentran en situación de sinhogarismo, ofreciendo coberturas básicas de alimentación, higiene o ropa y proporcionándoles un acompañamiento integral por parte del equipo profesional de Arrabal-AID que amplía su actual dispositivo en tres nuevas plazas de acogida y seguimiento integral, un piso desde donde se realizarán acciones orientadas a la mejora y recuperación de la salud, autoestima y empoderamiento, mejora de la empleabilidad a través de formación e itinerarios de empleo de manera coordinada con los servicios sociales especializados en el ámbito de actuación.

El visión global de este proyecto permitió en 2022 que hasta seis mujeres pudieran poner fin a la situación de sinhogarismo que padecían, accediendo a recursos de vivienda, diversas acciones de orientación laboral, formación, empleo y de especial seguimiento desde los servicios sanitarios de salud mental, en aquellos casos en los que fue necesario

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