Mi nombre es Sara, tengo 28 años y hace un tiempo tuve la gran oportunidad de comenzar unas prácticas laborales en una ciudad situada al norte de Italia llamada Trento. Se trata de una ciudad muy bonita y tranquila, rodeada de montañas y lagos, por lo que, esta experiencia no solo me está permitiendo crecer profesionalmente, sino que también me está brindando la oportunidad de vivir rodeada de naturaleza y de la paz que a mí este tipo de entornos me proporciona.
Desde que era pequeña, no tengo muy claro el porqué, unos de mis grandes sueños ha sido viajar y conocer una cultura y unas costumbres diferentes a la mía, a la vez que ayudaba a otras personas. Mi idea inicial era realizarlo conforme terminara la universidad, pero por diferentes circunstancias de mi vida no pude hacerlo, por lo que, cuando salió la oportunidad de unirme a este proyecto, no lo dudé ni un momento.
Este proyecto comenzó unos meses antes de venir, durante este periodo tuve la oportunidad de conocer al resto de compañeros que iban a viajar y compartir esta experiencia conmigo, además de recibir diferentes cursos y clases de idiomas. Por cierto, en este periodo ya nos hicimos amigos de las profesoras italianas que nos impartían las clases.
Cuando llegué a Trento, mentiría si dijera que todo fue maravilloso. Como todo comienzo, se necesita unos días para amoldarte y sobre todo si la cultura es diferente a la tuya. Yo realizo mis prácticas en una comunidad con personas que han tenido problemas de adicción y que además son portadoras del VIH. Recuerdo mis primeros días, fue un poco impactante para mí debido a que yo nunca había trabajado con este tipo de colectivo, ni de la forma que trabajan aquí, pero poco a poco descubrí uno de los trabajos más bonitos que he realizado nunca.
En mi trabajo yo realizo diferentes funciones, la primera de ellas es como Asistente Social acompañando en el día a estas personas en sus actividades cotidianas, por otro lado, asisto y participo en las terapias grupales que se realizan en la comunidad y, finamente, realizo algunas dinámicas con los usuarios. Para mí, es una oportunidad única y maravillosa, porque siento que estoy aprendiendo muchísimo y que esta aventura me está proporcionando un crecimiento personal.
Por suerte, mis prácticas no son solo asistir unas horas y realizar un trabajo monótono día tras día, sino que la relación con mi jefe y mis compañeros de trabajo es maravillosa, disfruto mucho yendo a trabajar y cada día aprendo algo nuevo. Para mí, es un momento de aprendizaje profesional, personal y de disfrute.
Además, mi centro prepara actividades prácticamente todas las semanas: he ido dos veces de ruta a la montaña con los usuarios de la otra comunidad que tienen (que, por cierto, también es maravillosa), he ido al museo, a comer helado, a conocer el funcionamiento de la otra comunidad, entre otras.
En definitiva, para mí está siendo una oportunidad única e inolvidable, que recomendaría a cualquier persona que esté dispuesta a abrir su mente y conocer nuevas experiencias.