La Junta de Andalucía subvenciona con casi 30.000 euros el alquiler de los Pisos para Personas sin Hogar de los que dispone Arrabal-AID

Desde 2020, la asociación ha podido arrendar tres inmuebles, lo que ha permitido que 35 personas en situación de calle accedan a una vivienda

Desde el año 2020, la Junta de Andalucía, concretamente Secretaría General de Vivienda desde la Consejería de Fomento y Vivienda, inició junto con la entidad Arrabal-AID una colaboración para financiar de forma anual los Pisos para Personas sin Hogar que gestiona la entidad. En este periodo, esta línea de subvención ha permitido el arrendamiento de 3 inmuebles y que 35 personas accedan a una vivienda, de las cuales 18 son mujeres y 17 son hombres. 

Además, el acceso a este recurso de vivienda ha permitido comenzar a trabajar un plan individualizado y familiar de inclusión social con apoyo de profesionales en los ámbitos educativo, formativo, social, laboral, jurídico y sanitario, tras el cual 15 personas han podido dejar atrás la situación de sinhogarismo y acceder a una vivienda de forma autónoma.

En esta última convocatoria, que tendrá validez durante todo el año 2024, la Secretaría General de Vivienda desde la Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía ha concedido a Arrabal-AID en Málaga un total de 28.548,00 euros; en el ejercicio de 2022 y 2023 el presupuesto fue de 56.080,64 euros; y en durante 2021 y 2020 la subvención constó de 47.400,00 euros.

Sin lugar a dudas, recursos como el facilitado por la Secretaría General de Vivienda desde la Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía son fundamentales para dar respuesta y mitigar la crisis estructural de vivienda en España, donde en zonas como Málaga además nos encontramos con un mercado altamente tensionado con fenómenos como la gentrificación y turistificación que producen efectos negativos en el acceso a la vivienda para la población en general y genera exclusión residencial en aquellas personas y comunidades con mayor vulnerabilidad. 

Por todo ello, desde la Asociación Arrabal-AID valoramos como positivo este recurso a la vez que demandamos medidas eficaces, a través de la coordinación y cooperación entre las distintas Administraciones Públicas, empresas privadas y tercer sector de acción social para facilitar el acceso a la vivienda digna y adecuada, así como prevenir nuevas situaciones de sinhogarismo y exclusión residencial.

Una de las personas que residen en los pisos de personas sin hogar de Arrabal-AID. ARRABAL-AID

El acceso a la vivienda, cada vez más difícil

Una de las dimensiones más importantes para el bienestar social es, sin duda, el acceso a una vivienda digna. La Gran Recesión y sus consecuencias en el acceso a créditos hipotecarios, produjo el aumento de la demanda de vivienda en alquiler. Este aumento no se correspondió con el de la oferta, lo que explica la mayor resistencia a la baja del precio del alquiler en comparación con el de compraventa durante el periodo deflacionista (2007-2014), así como su más rápida recuperación. Al problema del crecimiento del coste del alquiler se une que los hogares que acceden a la vivienda a través de este régimen son, generalmente, socioeconómicamente más vulnerables. Así, un tercio de los hogares de los dos quintiles más bajos de ingresos y más del 40% de los que sufren exclusión moderada o severa viven en alquiler.

Tal realidad obliga a reflexionar sobre el escaso desarrollo de la política de vivienda en materia de alquiler. Según la encuesta EINSFOESSA, el parque de alquiler social representa apenas el 1,4% de las viviendas principales y las ayudas directas al pago del alquiler solamente un 0,1% del PIB, cifras ambas muy alejadas de la media europea. Como resultado, el esfuerzo económico que deben soportar los hogares para pagar el coste del alquiler ha crecido de forma sostenida en la última década hasta situarse entre los más elevados de toda Europa.

El testimonio de una de las participantes

Paqui, una de las mujeres que actualmente residen en uno de los recursos para personas sin hogar que ofrece Arrabal-AID, ha pasado por distintas circunstancias vitales que la llevaron a encontrarse en situación de sinhogarismo. Tras años de luchar contra su realidad, Paqui pudo salir de la espiral y actualmente tiene un empleo como limpiadora: “Cuando entré en Arrabal mi suerte comenzó a cambiar. Ahora mismo estoy muy contenta, estoy viviendo en una zona muy buena, en el mismo barrio donde viví otros años de mi vida… ¡Quién me lo iba a decir a mí!”, recuerda.

En la actualidad, Paqui comparte vivienda junto con otras dos mujeres en situación de sinhogarismo y confiesa que la convivencia con las otras mujeres participantes es “estupenda”, aunque relata que no hacen vida de “compañeras de piso, la relación es distinta”: “He estado mucho tiempo sin trabajar, y aunque estoy cansada, mi vida ahora es diferente. Me adapto rápido y aunque al principio me sentía sola, ahora estoy muy bien”, aclara.

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