Arranca la formación previa a la experiencia en el extranjero de las personas participantes del proyecto CEO-Y. La exploración de nuevas culturas se convierte en el primer pilar a levantar entre participantes para ir conociendo la realidad en la que vivirán y poder hacer frente al choque cultural. Esta semana los y las participantes se sumergieron en una experiencia única al organizar una fiesta de cumpleaños para uno de los técnicos del proyecto, ¡en cada uno de los países de destino: Alemania, Italia y Lituania!
Antes de comenzar a sumergirse en aspectos laborales o lingüísticos, es esencial comprender dónde se van y qué estilo de vida llevan las personas de esas regiones. Por ello, esta semana ha sido dedicada a profundizar en la cultura, costumbres y estilos de vida de los países que visitarán nuestras y nuestros participantes. Divididos en pequeños grupos dentro del grupo de cada país, se embarcaron en una emocionante tarea: planificar una jornada completa de actividades, comida y entretenimiento inspirados en las tradiciones y costumbres de cada país.
¿El objetivo de jornada? Celebrar el supuesto cumpleaños de uno de los técnicos que les acompañará durante la estancia en el extranjero. Esta idea no supone simplemente organizar una fiesta. Supone adaptarse al nuevo país y entorno; comprender los horarios de comida y cena, saber aprovechar las horas de luz, coger el transporte público con el tipo de billete correcto, llevar ropa adecuada a la ocasión, celebración y/o clima, etc.
Desde las primeras horas de la mañana, la fiesta cobró vida con una variedad de actividades diseñadas para reflejar la esencia de cada cultura. En Alemania, los diferentes grupos coincidieron en disfrutar de un delicioso desayuno típico, seguido de un paseo por los pintorescos paisajes de Weimar.
En Italia, la tarde estuvo marcada por una elaborada comida al aire libre o bien por la visita de un restaurante de pasta tradicional en Trento.
En Lituania, la noche fue animada con bailes folclóricos y juegos tradicionales, que celebrarían la rica herencia cultural del país. La comida desempeñó un papel central en la celebración, con platos auténticos de cada región servidos durante todo el día. Desde salchichas alemanas y pretzels hasta pasta fresca italiana y platos lituanos caseros como la sopa fría de remolacha.
Además de la comida y las actividades, la fiesta también fue una oportunidad para explorar las tradiciones de cumpleaños en cada país. Desde la elaboración de pasteles especiales hasta la práctica de juegos y rituales típicos. Los grupos de participantes se sumergieron por completo en la celebración cultural y ofrecieron una amplia variedad de actividades para el cumpleaños del técnico.
Al tener que ofrecer además alternativas para el transporte a los restaurantes o parques a visitar, números nacionales para casos de emergencia o diferentes ropas para bailes tradicionales; se vieron enriquecidos con nuevos datos sobre las culturas en las que vivirán en unas semanas, reduciendo el impacto del choque cultural.
Al final del día, la fiesta no solo fue una celebración de cumpleaños, sino también un testimonio de la riqueza y la diversidad de las culturas que acogerán a participantes de CEO-Y. Con sus esfuerzos combinados, demostraron cómo la celebración de la diversidad puede unir a las personas y enriquecer la experiencia de todos, sin importar que haya diferencias con el estilo de vida seguido en España.
No solo fue un momento de alegría y celebración, sino también un recordatorio poderoso de la importancia de apreciar, conocer e integrarse en las diversas tradiciones y costumbres que enriquecen nuestro mundo.