La preparación de participantes abarca una amplia gama de aspectos, entre ellos, el dominio de idiomas clave para la comunicación efectiva en el ámbito laboral internacional. Cada grupo viajará a un destino diferente, por lo que cada uno recibe nociones en el idioma correspondiente, además de poder asistir a la clase del resto de idiomas.
El proyecto CEO-Y abarca varias fases y la formación no podía estar completa sin formación en idiomas. Semanalmente, el grupo de participantes tiene la oportunidad de sumergirse en clases de idiomas impartidas por hablantes nativos y/o profesorado con un profundo conocimiento del idioma. Esto les proporciona una base sólida para desenvolverse con confianza en entornos laborales multiculturales.
El programa abarca a tres grupos que van a tres destinos: Lituania, Alemania e Italia. Desde el alemán, un idioma crucial en el corazón de la economía europea, hasta el italiano, con su rica herencia cultural y empresarial, los participantes tienen la oportunidad de perfeccionar sus habilidades lingüísticas en contextos relevantes y prácticos. También ofrece sesiones de inglés, el idioma global por excelencia en el mundo empresarial contemporáneo; así como expresiones básicas de lituano para acercar al grupo a la cultura del país.
Los grupos de participantes son heterogéneos, donde cada persona tiene una formación diferente y conocimientos en idiomas en distintos niveles. Lejos de suponer una barrera, ha servido para crear cohesión grupal y convertirse en personas cercanas que se ayudan unas a otras. Muchas preguntas y conversaciones se completaban entre compañeros y compañeras. ¿Alguien sabe cómo se dice «necesito un bolígrafo» en alemán? Y alguien siempre tiene respuesta. Con un enfoque general a nivel verbal y escrito, estas clases permiten al grupo comunicarse de manera efectiva con diferentes trabajadores o participantes o clientes.
Pero la preparación lingüística de CEO-Y va más allá. No estamos hablando de hacer simplemente ejercicios y escucha activa del profesorado mientras explica. Formar al grupo para actividades diarias en otro país requiere de vocabulario específico y expresiones coloquiales y no solo conocer la gramática. La mejor forma de conseguirlo es insertar actividades o situaciones que bien podrían darse en la vida real como juegos, preguntas frecuentes o ir a un restaurante. Por ello, ¿porqué no jugar al bingo en italiano o hacer un roleplaying sobre cómo hacer la compra en el supermercado en alemán? Además, cada grupo cuenta con una serie de enlaces a vídeos con vocabulario y expresiones básicas en cada idioma para poder repasar en cualquier momento y en cualquier lugar.
En resumen, las clases de idiomas no solo son una preparación práctica para la vida profesional internacional, sino también un compromiso con la diversidad cultural y lingüística y las actividades cotidianas. Al dominar una base mínima de idiomas relevantes y adaptarse a diferentes entornos lingüísticos, los y las participantes están mejor equipados para enfrentar los desafíos, afrontar miedos y aprovechar las oportunidades en el mundo laboral globalizado de hoy en día.