Una veintena de mujeres desempleadas en situación de especial vulnerabilidad está participando en un programa de formación intensiva en desarrollo web fullstack cuyo objetivo es formarlas en programación y diseño de entorno web para reforzar su empoderamiento y favorecer su acceso a un empleo en el sector digital. Se trata de un bootcamp tecnológico que se estructura de acuerdo a la metodología Somos F5 y al modelo pedagógico Simplon.co que funciona con éxito en más de 20 países que forma parte de los contenidos del proyecto Abisal que desarrolla la Asociación Arrabal-AID en el marco del «Programa de apoyo a las mujeres en los ámbitos rural y urbano ideado por la Consejería de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía con fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Esta propuesta innovadora que se ha presentado esta mañana en la sede de Accenture en busca aprovechar el auge y las oportunidades existentes en la actualidad en la ‘Málaga tecnológica’ con una demanda creciente de profesionales en el sector TIC con la intención de acabar con la brecha digital de género fomentando el talento digital diverso. Una tarea que cuenta con la colaboración de distintas compañías tecnológicas referentes como la propia Accenture y otras como Oracle, Vodafone Hub, NTT Data o Google y de entidades sociales aliadas como Fundación Don Bosco, la Fundación Somos F5 y la Asociación Factoría F5. Adicionalmente, Fundación ‘la Caixa’ comparte su experiencia en el ámbito social y empresarial, convirtiéndose en un aliado de referencia del Proyecto Abisal. Esta implicación se refleja en la derivación de un grupo de mujeres participantes por parte del Programa Incorpora, que promueve la inserción laboral de personas en situación de riesgo de exclusión social; y en la vinculación del equipo de profesionales del Centro DayOne Empresas de Caixabank, quienes están reforzando la estrategia para la generación de alianzas empresariales y con quienes se trabaja de forma coordinada para la consolidación de un ecosistema de compañías preocupadas por acabar con la brecha digital de género.
Durante su intervención, la consejera de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo, Rocío Blanco, ha agradecido a las beneficiarias su participación en un programa que les va a proporcionar «conocimientos con los que incrementar sus posibilidades de acceso al mercado laboral, más aún en un sector tan en auge como es el de las nuevas tecnologías».
En ese sentido, ha recordado que «la formación es la mejor palanca para la generación de empleo, por lo que el Gobierno de Andalucía va a continuar dotando a las personas desempleadas de los mejores recursos y herramientas con los que mejorar su cualificación profesional». Muy cercana en todo momento, Blanco subrayaba a las alumnas que buscan una oportunidad en el sector TIC que “esto no va de titulación, va de talento, de adquirir las habilidades y competencias necesarias”. Por su parte, el alcalde Francisco de la Torre, quien también participa en el acto, animaba a seguir sumando esfuerzos entre administraciones, empresas y entidades sociales para favorecer la empleabilidad en el ámbito tecnológico mientras el presidente de la Asociación Arrabal-AID, Julio García, exponía por su parte cómo más de 200 mujeres se interesaron en participar en “una formación que pretende que las personas más vulnerables no queden al margen de la revolución digital y encuentren oportunidades laborales en el ámbito de las TIC.
En la presentación del bootcamp han participado también Toni de la Prieta, responsable del Centro Avanzado de Tecnología de Accenture España, quien manifestó el compromiso de la compañía por alcanzar en 2025 una presencia de igualitaria entre mujeres y hombres así como “generar inclusión y diversidad para aportar riqueza en los proyectos”; Juan Carlos Barroso, responsable de Fundación ”la Caixa” en Andalucía, quien calificaba el proyecto de “reto ilusionante” y mostró su disposición por generar nuevas alianzas que generen “mayores oportunidades a las personas como las 5.800 al año que promueve el Programa Incorpora” y Guillaume Thureau, director de Somos F5, para quien la fundación existe porque “el mundo tecnológico que construimos hoy excluye a demasiadas personas”, donde muchos profesionales del mundo tecnológico responde al perfil de hombres, blancos e ingenieros. “La respuesta es que necesitamos personas desarrolladoras que sepan en primera persona de la necesidad, de la realidad de los colectivos en situación de vulnerabilidad en nuestra sociedad. Estamos en una revolución tecnológica y os van a contratar por vuestro talento”, concluyó.
Con una duración superior a las 600 horas lectivas en un formato intensivo, el bootcamp ahonda en aspectos como el diseño y desarrollo front-end de webs y aplicaciones (HTML, CSS y JavaScript), el desarrollo back-end, el diseño de experiencia de usuario y prototipado o la digitalización de servicios. Su desarrollo destaca por su carácter eminentemente práctico, donde se combinan sesiones presenciales con clases virtuales, mezclando así dinámicas en aula y online, métodos deductivos de aprendizaje y orientación profesional constante. Un modelo pedagógico que se complementa con la realización de proyectos reales para empresas y entidades sociales, masterclass de profesionales del sector tecnológico, ‘Meetups’ para reforzar el concepto de «aprender haciendo”, que convierte a las participantes en protagonistas de su proceso formativo situándolas en el centro de la acción. A lo largo de todo el campus digital se ofrece un acompañamiento integral a las mujeres para consolidar el desarrollo profesional y el crecimiento personal, incidiendo en competencias transversales clave en el sector TIC: motivación por la tecnología, pensamiento lógico, autonomía y capacidad de trabajo en equipo.
En representación de las alumnas, Sierri Pérez Sánchez, expuso cómo «somos mujeres con circunstancias diferentes, de distintos lugares, entre 20 y 55 años, con distintas profesiones y niveles educativos, etiquetas que se cayeron en el momento que nos conocimos». En su opinión, en este bootcamp «se nos ha puesto un reto muy grande y aunque el »síndrome de la impostora» ha decidido hacer la formación con nosotras, no hemos dudado ni un instante en poner delante, nuestras capacidades: creatividad, tenacidad, inteligencia, intuición, compromiso, solidaridad, liderazgo horizontal entre otras, pero sobre todo, amor propio y compartido».