Entidades sociales impulsan un código ético para evitar abusos en prácticas en empresas

Las prácticas en empresas son una excelente fórmula para mejorar la empleabilidad de las personas con dificultad para encontrar trabajo, puesto que les permite aprender a desempeñar un oficio y darse a conocer ante las empresas que en el futuro podrán contratarles. Sin embargo, la falta de un marco regulatorio hace que demasiado a menudo se produzcan abusos y prácticas discutibles. Por ello la Mesa por el Empleo de Málaga, en la que participan las entidades sin ánimo de lucro que trabajan por la inserción laboral, ha elaborado un compromiso ético con buenas prácticas en la gestión de las prácticas formativas no laborales en empresas. Consúlta el Compromiso Ético de Buenas Prácticas en la Gestión de Prácticas en Empresas.

En Málaga cada año más de dos mil personas desarrollan prácticas de este tipo, lo que da idea, según Javier García Santos, técnico de empleo en Asociación Arrabal AID, de la necesidad de «alcanzar un acuerdo de mínimos» entre las entidades que organizan cursos para parados con prácticas en empresas. «Muchas veces las malas prácticas no se producen por mala fe, sino por puro desconocimiento», apunta. Y considera fundamental «velar por que no se confunda con un periodo de prueba de un contrato de trabajo». Para ello, considera fundamental «implicar a las empresas» en este código de buenas prácticas.

 

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